Turín, 1870: en su tienda de pinturas, Cesare Ferrino experimenta el primer procedimiento industrial para producir telas enceradas. Fiat las elige para las capotas de sus propios vehículos, y el ejército italiano para las tiendas militares. Naturalmente, las prestaciones de las telas también conquistan a exploradores y alpinistas, y Ferrino se convierte en sinónimo de outdoor.